lunes, 19 de noviembre de 2012

Tú, mi sensación






Eres....

Luz, tras esa cara pícara que cada mañana me desvela.

Dulzura, cuando miras con ojos traviesos pidiendo algo que se te antoja.

La risa hecha ser, carcajadas de júbilo desde que el sonido llegó a tu garganta.

Terquedad, para conseguir el objeto que anhelas en el momento exacto.

Pena, cuando las lágrimas bañan tus mejillas henchidas por el dolor, por el capricho, por la angustia...

Energía, cuando el nervio te desborda y no puedes parar un instante quieto.

Paz, cuando al fin te rinde el sueño y te doblegas ante el.

Bondad, en el momento en que ves a un niño llorar y te acercas a acariciarle.

Desesperación, cuando un torbellino de furia te envuelve y no sabes controlarlo.

Arte, cuando coges un pincel e imaginas mil historias, dibujadas en un sólo trazo.

Sabiduría, cuando nos das una lección de vida con alguna inocente treta.

Caos, cuando acabas de jugar con miles de cosas a la vez.

Belleza, en cada rasgo de tu cara, en cada curva de tu piel.

Genialidad, cuando inventas términos imposibles, pero totalmente lógicos para ti.

Amor, cuando de esa infante boca sale algo tan hermoso como un Te Quiero.

Podria escribir mil entradas, mil sensaciones....

Lo eres todo, desde el primer instante en que te gestabas, en que decidiste que era el momento de llegar a mi...

 Apareciste, sentando las bases de un derecho a ser amado por encima de todas las cosas,  de ser protegido ante cualquier adversidad, de ser el principal actor de la película de mi vida. 

No te evitaré el dolor, las incongruencias, los fracasos y los golpes, no te facilitaré las cosas que tienes que hacer por ti sólo, no me tendrás eternamente a tu disposición con sólo chasquear un dedo, no seré tu sombra al acecho del peligro, no viviré tu vida

Pero estaré aquí, siempre. Contigo. Por hacer que deje de ser Ana, para convertirme en cuatro letras de oro, mágicas.....

Mamá. 

 













martes, 6 de noviembre de 2012

Amistad



 


Hay un hilo invisible que me une a muchas personas,  tiene muchisimas formas:

A veces es muy fuerte, increiblemente robusto, grueso, como un cabo de barco que le amarra al puerto pese a la tempestad que se acerca. Pueden pasar años, lustros o décadas y ahí sigue, sin necesidad de tocarlo, ni de mantenerlo. Es simplemente fijarse en él y asombrarse de lo bien que está tejido, quizá con cariño, admiración, constancia o dejadez, pero se creó con tal esmero, que es insondable saber como resiste tanto.

Aquí es dónde yo enmarco a la família, junto con los amigos más íntimos, cercanos, míos. Esos que cuando crees que el aire no va a dejarte respirar, abren la ventana de par en par, te levantan y te muestran el paisaje dándote razones para no dejar de tomar impulso. Esos que sólo en pensar en ellos te calma, pues sabes que te acunarán entre sus brazos con un arrullo de voz, mientras te están diciendo las verdades más dolorosas al oído. 

Hay otros que han aparecido recientemente, pero no por eso dejan de ser especiales, se han creado tras una pantalla, en un teclado,  tan sólo alimentados por el día a día, cada pieza que estaba separada por mucha distancia se va colocando en su lugar correcto, ambas partes aún sin cerciorarse deciden crear el puzzle de la vida, trenzando el hilo y dándole firmeza. Aparecen, se quedan, residen en mi hogar con sólo encender la pantalla, pero ojo, son los más delicados, están  tan sólo a un click del adiós, a un tijeretazo virtual, ya que no ves sus rostros en el momento de la despedida.

A veces uno de esos hilos se enmaraña, se va liando, enredando, vamos tejiendo nudos alrededor y aún queriendo desenredarlos nos es ardua tarea, poco a poco se van creando otros a nuestras espaldas, quizás sin saberlo, una lucha encarnizada que cuesta mantener, que suele acabar cediendo y relegando al olvido. Quedan restos de la montaña de hilos, pero cuesta tiempo y esfuerzo ponerse a trabajar en ellos. Son los más duros, los que no reconfortan, los que como una montaña de ropa sin planchar te llaman con voz tétrica mientras piensas para tus adentros...en otro momento.

Y por fin, en algunos casos quizá por la misma fuerza o tal vez por lo contrario, se rompen....esos hilos son los que siempre dejan en todo caso, una enseñanza...desilusión, tristeza, orgullo, lucha, engaño...Ese aprendizaje que se guarda en un cajón de la memoria para no cometer el mismo error de nuevo, para ser más inteligente la siguiente vez, los que nos dejan alivio o dolor, los que nos hacen olvidar raudos o pensar durante horas.

Y es que en la vida, ya lo decian los mayores, lo más importante es saber mover los hilos.....

Y  en mi poder por suerte, tengo un manojo de ellos, por los que daría mi propia vida.